SÍNDROME DE LA VIDA OCUPADA: LLEGÓ EL MOMENTO DE DECIR BASTA

Paula Gómez Sandoval

A la mayoría esto nos podría sonar, al menos en las grandes ciudades, días en los que se va corriendo a todos sitios, agenda completa, puro estrés. El resultado, inevitable: te olvidas dónde dejaste el auto, olvidas una cita que tenías planeada desde hace un mes, pierdes cosas, te cuesta recordar datos que te sabías de memoria y no puedes concentrarte más de una vez. ¿Te pasa? Ya tiene nombre y en Estados Unidos y Europa se multiplican los casos entre profesionales jóvenes y no tanto: se llama «síndrome de la vida ocupada».

Así bautizaron un grupo de investigadores de un centro de estudios de Glasgow a los síntomas que se empiezan a ver entre los jóvenes profesionales pasados de estrés y sobrecargados de información. Olvidos y falta de concentración, a la orden del día. Dos caminos: ¿psicofármaco o cambio del estilo de vida? Optamos por la segunda opción. He aquí algunos consejos:

  • En primer lugar, trata de salir del caos mental en el que vives: trata de reorganizarte y no pretendas hacer más actividades de las que puedes hacer. Haz una lista de prioridades y no te sobrecargues. 
  • Procúrate espacios de «nada»: en algún momento del día es necesario refugiarse en un rato de paz y tranquilidad. Un café, un libro, un poco de música, un rato de tele. Lo que te guste. Pero, en algún rincón de una jornada estresante, para la moto. 
  • La alimentación también es otro factor clave. Una dieta a base de frutas y verduras brinda más energía al organismo y nos predispone a estar de mejor ánimo para encarar el día. 
  • Cuida tu descanso. Es importante tener una conducta adecuada de sueño. La rutina ayuda mucho: aunque te cueste, al menos en la semana trata de establecer un horario de fin del día. Dormir al menos siete horas es fundamental para que el sueño repare un día agotador.
  • Cuando termina el horario de trabajo, apaga el celular y aléjate del mail. La carga psicológica y emocional de estar siempre alerta genera altos niveles de estrés y afecta la salud y los vínculos personales. 
  • Haz ejercicio físico al menos tres veces por semana. Ayuda a liberar la tensión acumulada y a generar endorfinas. Además, es ideal para cuidar la salud y mantener un buen peso.
  • No te aísles: cuando vivimos a mil solemos cancelar todo lo que tiene que ver con momentos de ocio. Encuentros con amigas, cine, almuerzo con la pareja… Muchas cosas quedan de lado en favor de supuestas urgencias y cosas importantes. ¡Error! Tu semana debe tener espacios de socialización y placer.
  • Dedica tiempo a tu cuidado personal, físico y psíquico.

Fuente: EHS

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